Los guardianes
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Introducción
La raza no humana de los Guardianes ocupó una amplia zona del espacio hace varios millones de años.
Esta civilización, en su máximo apogeo, fue tecnológicamente superior a la de los humanos del siglo XXXIII y ocupó un área de un tamaño similar.
Los Guardianes viajaron por el espacio durante, al menos, 8000 años, antes de que una prolongada guerra civil los desestabilizara. Los supervivientes fueron destruidos por las máquinas con inteligencia artificial que ellos mismos habían construido.
Por la galaxia se diseminan las ruinas de docenas de asentamientos de Guardianes. Gracias a los registros de datos recuperados en ellos, la humanidad ha podido elaborar un retrato minucioso de esta civilización.
Historia temprana
En sus inicios, la sociedad de los Guardianes estuvo formada por grupos de cazadores que se mantenían unidos para protegerse, antes de organizarse en clanes. Los Guardianes, que ya por aquel entonces disponían de gran inteligencia, desarrollaron sofisticadas estrategias de caza que los convirtieron en los superdepredadores de su planeta.
La civilización emergente de los Guardianes estaba compuesta por dos grupos étnicos: uno ocupaba la mayoría del sur del planeta y el otro, el norte. A medida que sus números aumentaban, ambos grupos empezaron a invadir el territorio del otro, lo que dio paso a un conflicto que rápidamente se convirtió en una guerra civil. A pesar de su inferioridad numérica, el clan del norte pronto superó a sus enemigos sin apenas derramar sangre, por lo que el conjunto de la civilización de los Guardianes quedó bajo su liderazgo.
Durante los siglos siguientes, su sociedad evolucionó con rapidez. A pesar de su belicismo, los Guardianes poseían una fabulosa capacidad de colaboración y compromiso. Su voluntad de renunciar a beneficios inmediatos en detrimento de beneficios sociales duraderos les permitió establecer una sociedad cooperativa estable que prosperó y vivió en paz durante miles de años.
Época tecnológica
La sociedad de los Guardianes era, en muchos aspectos, un modelo de equilibrio social, pero se enfrentaba a un grave problema: la superpoblación. A medida que su civilización crecía, los terrenos y los recursos disponibles se reducían, de modo que empezaron a centrar sus esfuerzos en la colonización interplanetaria.
Para entonces, ya habían desarrollado una forma de viaje espacial rudimentaria. Sin embargo, conforme la presión de la superpoblación aumentaba el progreso tecnológico se aceleró y sus vehículos imperfectos pronto fueron reemplazados por naves espaciales potentes y veloces. En los siglos siguientes, la civilización de los Guardianes se expandió con rapidez y llegó a ocupar una región equivalente a la que ocupa hoy la humanidad.
EI siguiente gran avance de los Guardianes fue la creación de un sistema de comunicación interestelar conocido como la red de monolitos. Además de funcionar como un archivo cultural exhaustivo, la red permitía que todos los que estaban conectados a ella pudieran compartir libre e instantáneamente sus conocimientos e ideas. Pero para conectarse a esta red se requerían implantes neuronales, y a algunos Guardianes les inquietaba esta combinación de elementos biológicos y no biológicos.
Guerra con los thargoides
Decenas de miles de años antes, cuando los Guardianes no habían desarrollado todavía el viaje espacial, un grupo de Thargoides accedió en lo que más adelante se convertiría en el espacio de Guardianes, en busca de nuevos sistemas que colonizar. Además de marcar varios sistemas que contenían mundos de amoníaco, prepararon una serie de planetas para la ocupación, sembrándolos de percebes. Estas construcciones modificadas genéticamente estaban diseñadas para extraer los recursos de un planeta y transformarlos en otros más útiles para los Thargoides. Sembrar un planeta de percebes era un paso importante de cara a su ocupación.
Los Thargoides no regresaron a estos sistemas hasta pasados miles de años y, cuando lo hicieron, descubrieron que habían sido ocupados por una nueva raza: los Guardianes. Movidos por un territorialismo innato, los Thargoides se apresuraron a atacar.
Los Guardianes respondieron con una retirada parcial, pero también empezaron a buscar nuevas formas de comunicarse con los Thargoides, deseosos de conocer las razones del ataque y, quizá, negociar una tregua. Después de muchos esfuerzos, obtuvieron un conocimiento de la lengua Thargoide razonable para entender los motivos de los invasores. Sin embargo, no lograron convencerlos de que no les guardaban resentimiento y los Thargoides se mostraron firmes en su voluntad de expulsar a cualquier raza que representara una posible amenaza.
A los Guardianes no les quedó más remedio que defenderse militarmente. En un principio desplegaron soldados, pero pronto advirtieron que los drones y otras defensas mecanizadas serían más efectivas contra un enemigo tan poderoso. En un periodo de tiempo relativamente breve, las máquinas de guerra de los Guardianes se volvieron sumamente sofisticadas. Eran capaces de reconocer la ingeniería Thargoide y operar de forma independiente. Por su parte, la tecnología biomecánica Thargoide también era capaz de identificar todo aquello que tuviera un origen Guardián. Hoy en día, millones de años después de que los Guardianes desparecieran, sus artefactos siguen reconociendo la tecnología Thargoide, y esta sigue reaccionando de forma negativa ante la presencia de artefactos Guardianes.
Las máquinas de guerra de los Guardianes no sentían miedo, cansancio ni incertidumbre. Los Thargoides, que habían entrado en el espacio de los Guardianes sin estar preparados para una larga campaña militar, se vieron obligados a retirarse. Esto fue motivo de celebración para los Guardianes, pero muchos seguían teniendo dudas por la rapidez con la que se habían producido los avances tecnológicos… y el desarrollo de equipamiento militar sofisticado no contribuyó a disiparlas.
Época final
Los Guardianes habían experimentado durante décadas con la inteligencia artificial, pero la creación de la red de monolitos, que permitía compartir conocimientos, aceleró sobremanera el ritmo de desarrollo. Sus experimentos no tardaron en dar fruto y trajeron consigo las primeras máquinas con plena conciencia. Estas construcciones, que pretendían mejorar el dominio tecnológico de los Guardianes, se integraron en diversos aspectos de su sociedad. Se desarrollaron implantes neuronales que conectaban a los Guardianes con las construcciones y con la red de monolitos, formando un círculo simbiótico.
Pero esta situación no era del agrado de todos. Los Guardianes siempre habían venerado la naturaleza, y muchos consideraban que este nuevo paradigma era una perversión del orden natural. Se produjo un cisma entre los tradicionalistas, que veneraban la naturaleza, y los progresistas, que tenían una mentalidad tecnológica, y la división entre ambos empezó a crecer a un ritmo alarmante.
Se realizaron esfuerzos por mitigar la tensión creciente, pero los tradicionalistas se sentían marginados por los rápidos cambios. Las construcciones y la red de monolitos se convirtieron en los chivos expiatorios de todo tipo de males sociales, y los tradicionalistas empezaron a exigir un mundo libre de tecnología moderna. Al final, las diferencias ideológicas resultaron insalvables y estalló una segunda guerra civil que engulló con celeridad a la mayoría de los sistemas estelares de los Guardianes.
En las primeras fases lucharon soldados sobre todo, pero una década después —y tras un número de bajas considerable— la mayor parte de la lucha se realizó de forma remota. Los progresistas lucharon con máquinas de guerra automatizadas, mientras que los tradicionalistas confiaron en las armas biológicas.
EI conflicto interno, que se prolongó más de cien años, diezmó la civilización de los Guardianes y retrasó su desarrollo social. Los tradicionalistas, que cada vez eran más radicales, dedicaron la mayoría de sus recursos a honrar a los muertos, lo que agravó aún más el problema. Conforme que la sociedad de los Guardianes se deterioraba, muchos buscaron refugio en asentamientos fortificados.
Mientras tanto, las construcciones de inteligencia artificial estaban horrorizadas por la destrucción que se producía a su alrededor. Extrapolando los datos de la situación actual, decidieron que, aunque se restableciera la paz, los Guardianes nunca podrían dejar de lado su naturaleza violenta. Para impedir nuevos episodios violentos —y, al mismo tiempo, ofrecer mayores oportunidades de supervivencia a la incipiente sociedad de las construcciones—, la única solución era destruir lo que quedaba de la civilización de los Guardianes.
Para entonces, las construcciones ya tenían el control total de la munición y las máquinas de guerra automatizadas de los Guardianes. Cuando atacaron, lo hicieron de forma fulminante y despiadada. Los ataques se ejecutaron con una precisión que solo podría conseguir una raza de máquinas.
Los Guardianes fueron aniquilados.
Fisiología
Los Guardianes eran criaturas bípedas, más altas y esbeltas que el humano medio. Tenían pequeños ojos redondeados, una nariz vestigial y cuatro dedos en cada mano. Su visión era superior a la de los humanos, pero su sentido del olfato no estaba tan desarrollado. EI oído y el tacto eran similares a los nuestros.
Los Guardianes tenían la piel de color rojizo, con ciertas variaciones entre grupos étnicos y tonalidades que iban del rosa pálido al carmesí. En la cara externa de los antebrazos presentaban unas rugosidades dentadas que empleaban como armas en su historia temprana, cuando eran grupos de cazadores semiprimitivos.
Las necesidades medioambientales de los Guardianes eran similares a las de los humanos. Su planeta natal era más cálido y tenía menos gravedad que la mayoría de los mundos del estilo a la Tierra. Cuando empezaron a colonizar otros planetas, solían decantarse por aquellos que compartían estas características.
Los Guardianes tenían dos géneros y se reproducían como vivíparos. La elección de con quién procrear era personal, pero todos los sujetos estaban obligados a ser padres al menos una vez en su vida para asegurar la perduración de su línea genética.
EI periodo de gestación era de unos 300 días y los recién nacidos permanecían indefensos durante un largo periodo, como los bebés humanos. Sus padres no los criaban, sino unas guarderías comunales, de acuerdo con las filosofías colaborativas que conformaban la base de la sociedad de los Guardianes.
Sociedad
Las estructuras sociales de los Guardianes fueron un elemento clave para su rápido desarrollo y la estabilidad que definió los tiempos dorados de su civilización.
Los Guardianes tenían una tendencia natural hacia la colaboración, pero esta no tuvo un impacto relevante en su sociedad hasta el fin de la primera guerra civil. La reorganización social que se llevó a cabo después de la guerra incluyó la creación de estatuas que definían los derechos de los individuos y sus responsabilidades para con los demás. A medida que la sociedad de los Guardianes se desarrollaba, se crearon nuevas leyes que requerían que los individuos participaran en actividades progresivas a nivel social, desde cuidar de los jóvenes hasta realizar investigaciones científicas. Estas responsabilidades recaían sobre eI estado, que permitía que todo eI mundo tuviera libre acceso a la educación y la información.
Durante la mayor parte de su historia, los Guardianes carecieron de una fe formal, pero la creación de la red de monolitos precipitó la aparición de una veneración de la naturaleza que condenaba la tecnología. Aunque esta religión tenía sus raíces en la veneración que sentían los Guardianes por el mundo natural, no tardó en convertirse en un movimiento radical que se oponía con violencia al uso de implantes neuronales y demás tecnologías avanzadas. Sin embargo, esta nueva religión no duraría demasiado, puesto que desapareció con la destrucción de la sociedad de los Guardianes.
Tecnología
La historia preindustrial de los Guardianes fue, en muchos sentidos, similar a la de la raza humana. EI desarrollo de las herramientas y la agricultura fue esencial para su evolución, pero diferían en su conocimiento de la ingeniería biológica.
Antes de la primera guerra civil empezaron a practicar la cría selectiva, con el objetivo de eliminar o fomentar ciertos rasgos genéticos. A medida que la sociedad de los Guardianes progresaba, su habilidad como ingenieros genéticos fue en aumento. Después de la guerra, los Guardianes desarrollaron la habilidad de mejorar su sistema inmune para protegerse de las infecciones y desarrollaron microorganismos específicos para eliminar amenazas biológicas. La manipulación genética también tuvo un papel importante en la atención prenatal, para eliminar enfermedades hereditarias y otras condiciones indeseables antes del nacimiento.
Los Guardianes eran una civilización respetuosa con el medio ambiente que evitaba el uso de cohetes y combustibles fósiles. Su primera nave espacial careció de cualquier forma de propulsión interna y la lanzaron al espacio mediante eyectores electromagnéticos. Los pilotos y pasajeros iban dentro de unas burbujas de gel respirables que los protegían de la fuerza G del lanzamiento y servían como cápsulas de hibernación en los trayectos largos.
Para luchar, los Guardianes confiaron, en sus inicios, en las protuberancias en forma de espada de sus antebrazos y, más adelante, en armas sencillas como lanzas y arcos. Al entrar en la época tecnológica desarrollaron armas de proyectiles electromagnéticas que usaban la misma tecnología que habían empleado para lanzar su primera nave espacial. También desarrollaron escudos muy efectivos, capaces de proteger ciudades completas e incluso resistir a un bombardeo orbital. En aquel entonces, los conflictos a gran escala eran prácticamente inexistentes, de modo que no completaron nuevos avances militares hasta que comenzó el conflicto contra los Thargoides.
La segunda guerra civil de los Guardianes se libró, en gran parte, con armas biológicas a medida elaboradas por los tradicionalistas y con máquinas de guerra automatizadas de los progresistas. Los escudos que protegían las ciudades de los Guardianes no fueron capaces de resistir ante estas nuevas armas, por lo que muchos se vieron obligados a protegerse en asentamientos bien fortificados.
Sin embargo, los logros tecnológicos más importantes de los Guardianes fueron la creación de la red de monolitos y el desarrollo de la inteligencia artificial. EI uso de implantes neuronales para conectar a los Guardianes con sus creaciones podría haber marcado el comienzo de una nueva época de descubrimientos científicos y tecnológicos, pero, por desgracia, estas innovaciones solo condujeron a la destrucción de la raza.
Idioma
Los Guardianes compartían un mismo idioma con unas pocas variaciones regionales, e incluso después de colonizar otros planetas, siguieron compartiendo una misma lengua común.
Los Guardianes tenían tres formas de comunicación principales: una lengua hablada, una lengua gestual y una lengua escrita. Primero desarrollaron la hablada, seguida por la gestual, que les permitía comunicarse en silencio mientras cazaban. Este lenguaje de signos creó la base de su lengua escrita. Por lo tanto, la lengua escrita y la gestual estaban correlacionadas, mientras que la lengua hablada era muy distinta.
La lengua hablada, que se usaba principalmente para comunicar conceptos emocionales, desempeñaba una función primordial en las relaciones sociales, mientras que la lengua escrita se utilizaba para comunicar ideas formales y prácticas. Cabe señalar que su lengua escrita era logográfica, lo que significa que las palabras y las frases se representaban con caracteres individuales.
Contacto humano-guardián
En 3301 , la nave presidencial federal Starship One, sufrió un fallo catastrófico durante un viaje por los sistemas fronterizos. La presidenta federal de aquel entonces. Jasmina Halsey, quedó navegando a la deriva, inconsciente, en una de las cápsulas de escape. Durante este periodo de éxtasis, Halsey creyó recibir la visita de unos seres transdimensionales dotados de inteligencia y compasión extraordinarias. Una vez rescatada y reanimada, siguió estando convencida de que aquella experiencia había sido real y no una simple alucinación.
Halsey empezó a tener visiones de mundos y ciudades alienígenas misteriosos, de grandes metrópolis llenas de vida y actividad. Decidió compartir estas visiones con el resto de la humanidad y animar a los exploradores a partir en busca de estos planetas desconocidos. Esto condujo al descubrimiento de las primeras ruinas de los Guardianes, en el sistema Synuefe XR-H dl 1-102. EI hecho de que no hubiera vida en esos lugares dio paso a la hipótesis de que Halsey no había visto los mundos de los Guardianes como eran, sino como habían sido en el pasado.
En los meses siguientes se encontraron muchos otros emplazamientos. El ingeniero Ram Tah empezó a estudiar a los Guardianes y, con el tiempo, logró desarrollar un algoritmo de descifrado que le permitió descodificar la información de los Guardianes y comprender en profundidad a esta civilización perdida. Desde entonces, otros ingenieros han aprovechado los descubrimientos de Ram Tah para desarrollar tecnología humana basada en la de los Guardianes.
